Si tienes la suerte de compartir la vida con un perro, probablemente hayas visto esa mirada entrañable: la cara relajada, los ojos dulces y la amplia sonrisa. Es difícil hacernos creer que nuestro perro no nos sonríe, pero ¿De verdad sonríen como nosotros?
Debemos empezar a buscar la respuesta en una larga historia de 30.000 años de domesticación. La mayoría de las investigaciones de comunicación canina refuerzan la idea de que, gracias a esto, el vínculo comunicativo que compartimos los humanos y los perros es único.
Pero volvamos a la duda inicial ¿Pueden los perros sonreír de verdad?
Hasta ahora la mayoría de los conductistas consideraban que la "sonrisa canina" no era una verdadera sonrisa en la forma en la que pensamos en una sonrisa humana.
Muchas de sus expresiones parecen una "sonrisa", incluidos jadeos con la boca abierta, relajación con la lengua afuera y sonrisas sumisas.
La mayoría de las veces, cuando lo hacen, de hecho, están felices, por lo que recientes investigadores están replanteándose el enfoque inicial.
La mayoría de los científicos creen que la sonrisa canina se deriva de una combinación de evolución y el hecho de que los perros son maestros en el análisis del comportamiento humano. Ellos saben exactamente cómo hacernos felices. Dado que la mayoría de los humanos reaccionan cuando ven sonreír a un perro, ya sea devolviéndole la sonrisa, haciendo ruidos de aprobación o dándole golosinas, el perro es recompensado por este comportamiento y lo hace con más frecuencia.
Genéticamente, este comportamiento puede provenir de la neotenia, lo que significa que cuando los animales se domestican, conservan algunos comportamientos desde que son cachorros hasta que son adultos. Esto incluye saludos emocionales, saltos, movimientos de cola, lamidas y sí, la adorable sonrisa canina.
Recientemente en una entrevista Alfredo Tejeda Perea, académico de la Facultad Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de México explicó que los perros efectivamente sonríen cuando están contentos e incluso algunos exageran mucho esta expresión.
Este proceso cognitivo es debido a su convivencia con los seres humanos y los cambios que han sufrido tanto a nivel físico como cerebral, entre ellos el desarrollo del sistema límbico, encargado de las emociones.
¿Los perros imitan nuestras sonrisas?
Si, así es. Con el paso del tiempo comprendieron que la sonrisa de los humanos es una expresión de felicidad y empezaron a imitarla cuando sentían la misma emoción.
¿Por qué empezaron a sonreír?
La etología congnitiva confirma que la teoría de la imitación surgió a partir de las neuronas espejo, mecanismo que forma parte de la mayoría de los seres sociales y permiten interpretar el lenguaje no verbal.
Es decir, el fenómeno que hace que un perro sonría cuando le sonreímos es similar al “contagio de la risa”. Así como una persona que se ríe con ganas puede hacer que otra persona comience a reírse, una persona feliz que sonríe puede hacer que un perro feliz le devuelva la sonrisa.
La ciencia ha estudiado perros a través de tomografías y los resultados son asombrosos. Se hacen constantes comparaciones con las emociones de los seres humanos y efectivamente hay una gran similitud en las estructuras neurológicas. Por tanto, se ha llegado a la conclusión que los perros son los únicos animales capaces de sonreír.
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